El carácter del cristiano es la forma como lo nombra John Stott en su libro, en la primera parte del sermón del monte.

Llegando al final de las bienaventuranzas, nos damos cuenta de la manera sincera y amorosa que Jesús nos enseña sobre el estilo como cada uno de sus seguidores, hoy llamados cristianos, debe (o debería) vivir.

Las primeras bienaventuranzas tratan de una relación propia con Dios, reconociendo su pobreza espiritual y llorando por ella. De esa forma, reconociéndonos dependientes de Dios, podemos relacionarnos con el mundo en que vivimos, teniendo hambre de justicia, buscando la misericordia, anhelando la paz.

Seguramente, esa búsqueda por una vida más parecida a la que Jesús nos quiere mostrar nos lleva a replantear muchas de nuestras acciones y objetivos.

Toda decisión tomada tiene una consecuencia y Jesús nos deja muy evidente en cada una de las bienaventuranzas: Llorar – ser consolado; Ser manso – recibir la tierra por heredad; Ser limpio de corazón - ver a Dios.

Eso nos hace reflexionar, que si queremos una relación profunda con Dios, debemos aprender cómo Él quiere que vivamos, y esforzarnos para que ese sea nuestro estilo de vida.

Quizás será necesario hacer muchos cambios, o quizás, por ejemplo, necesitemos pedir perdón y perdonar para aprender cómo ser mansos y humildes.

O tal vez, cambiar nuestra mirada para alcanzar la misericordia de Dios, siendo misericordiosos con aquel que está a mi lado. Puede significar sentir molestia por la injusticia que nos rodea, o incluso ser perseguidos a causa de Cristo.

En resumen, cada una de las bienaventuranzas nos enseña cómo ser más parecidos a Jesús, y cómo buscar una vida de santidad, diferente a la vida que culturalmente vivimos.

Es realmente entender el mensaje de Jesús, y permitirnos ser moldeados por Él y cambiar nuestra manera de vivir, como nos dice el coro: “Cámbiame Señor, hazme puro aquí, que mi corazón te refleje a Ti. Quebrántame Señor, moldéame. Transfórmame Señor, me someteré” Coro aleluya 77.

Es una búsqueda individual pero no solitaria, donde todos somos desafiados para entonces, como sigue el sermón, ser sal y luz, ser diferencia en la vida de los demás.

“Señor, al entender las bienaventuranzas, ayúdanos a decidir vivir una vida intencional que marque la diferencia. Queremos ser cada día más parecidos a Jesús, y seguir sus enseñanzas, pero reconocemos que sin ti nada podemos hacer. Ayúdanos, Cristo, a moldear nuestra vida según tu voluntad, Amén.”

Capitana Elisa Evans

Mi nombre es Bárbara Henríquez, nací en la ciudad de Valparaíso, Chile. Desde que tengo memoria, frecuenté el Ejército de Salvación, incluso cuando estaba en el vientre de mi mamá. Así que fui creciendo en el Cuerpo de Playa Ancha, Chile, entre el mar y muchos cerros.

Un día, mis padres decidieron servir a Dios, así que esa fue la primera vez que nos mudamos de ciudad. Junto con mi hermano, que en esa época tenía 2 años, fui conociendo muchas iglesias y ciudades a lo largo de Chile, Perú y Ecuador. Como niña, era algo hermoso poder viajar y conocer. Siempre veía cómo mis padres y mi familia servían al Señor, y eso me motivaba a querer ser como ellos.

A la edad de 11 años, sentí por primera vez el llamado a ser Oficial del Ejército de Salvación. No entendía mucho, pero tenía la necesidad de buscar más de Dios y participar en la iglesia. Así fui creciendo; este llamado perduró durante toda mi adolescencia. A los 15 años, vino un cambio a mi vida: me mudé de país a Brasil. No conocía el idioma, no sabía decir "¡hola!" Fue un desafío aprender el idioma, pero era algo que me encantaba. Conocí el hermoso país que es Brasil, con sus encantadores paisajes y personas.

Pasaron algunos años y vino la pandemia. Quería comenzar el proceso para ingresar a la Escuela de Cadetes, pero por algún motivo, las cosas no avanzaban. En plena pandemia, tuve COVID-19 y mi papá también. Cada vez su salud se debilitaba más, así que un día le dije a Dios, en esas oraciones que son las más sinceras, que si mi papá se sanaba, yo cumpliría con mi llamado. Me empecé a interesar por el Territorio SAE, y desde Brasil comencé mi proceso para venir. Aunque sabía que era un gran desafío, porque vendría sola a un lugar que no conocía, lo hice. Unos meses después, ya me encontraba en Argentina. No entendía cómo había pasado, porque todo había sucedido tan rápido. A mis 24 años, me encontraba cumpliendo uno de mis grandes sueños, que era servir a Dios en otro país. Me bendijo trayéndome a Argentina.

Cada vez me sorprendía y me encantaba más cada paisaje, cada lugar por el que pasaba. Tuve la oportunidad de servir como cadeta en el Hogar Amparo y Betania, el Cuerpo de los Patricios, el Cuerpo de Flores, el Cuerpo de Trelew, el Hogar Eliasen, el Cuerpo de Villa Elvira, la Plata, la Oficina Logos y conocer muchos cuerpos más. Cada uno de esos lugares quedó en mi corazón, con gente maravillosa y oficiales que me recibieron con mucho amor y cariño. Tantos lugares en dos años. Dios me bendecía de gran manera.

Al finalizar el tiempo de seminario, Dios me bendijo otra vez más con mi matrimonio junto al Teniente José, y luego comenzamos con nuestro primer nombramiento en la ciudad de Rosario, en Saladillo. Estaba entusiasmada porque conocería otra ciudad de Argentina. En este tercer año, Dios sigue bendiciéndome al estar en este nombramiento, con mucha gente hermosa.

Creo fielmente que Dios ha estado conmigo en cada uno de los momentos de mi vida, en cada lugar que he pasado, en cada desafío. Le agradezco a Él por mi paso por Argentina, oro por este país que me recibió y por cada uno de los lugares en los que me han hecho sentir como en casa.

¡Dios les bendiga!

Bárbara Henríquez

El bullying o el acoso escolar es una problemática que ha ido tomando relevancia en los últimos años y que es en la actualidad foco de debate constante. No es una situación nueva ni mucho menos, sino que simplemente se comenzó a identificar y poner en palabras algo que se ha reproducido durante décadas y décadas.

El bullying es una acción de maltrato o acoso descontrolado que una persona ejerce sobre otra, y que por lo general se sitúa en el ámbito escolar y entre pares. Como ven, el término en sí mismo tiene una connotación esencial; está en inglés, sin embargo, considero que la palabra acoso se acerca más en cuanto a la definición. En este sentido, el psicoanálisis resaltó que cuando se nombra a esta situación como acoso se recupera de alguna manera la resonancia porque “es terminar convirtiendo a otro en una cosa que no tiene palabra, mediante el insulto y el maltrato”.

Otro de los efectos que tiene la palabra bullying es de aislamiento, porque parece que es una cuestión que ocurre solamente en cierto lugar y tiene un efecto de fosa, de nicho, lo que no nos permite conectar a lo que conocemos como acoso con el contexto en el que se da. Por eso, es importante entender que el bullying NO es un hecho aislado, sino la punta de iceberg de un fenómeno que es estructural y que se vincula con la violencia material y simbólica de nuestra sociedad. Desde el psicoanálisis podríamos decir que tiene que ver con una pasión del YO que es el odio.

Un punto a tener en cuenta es “El declive de la autoridad tradicional”, que da paso a un aumento de la violencia. La sociedad se constituye, como nos enseñó Sigmund Freud, segregando al enemigo común, al diferente. En ausencia de una autoridad fuerte, la segregación se instala en el interior del grupo, es una cuestión de lógica. Cuando el padre y sus representantes (maestros y otros educadores) pierden el monopolio de la violencia, ésta se generaliza entre los iguales. En ausencia de los diques a la libre expresión de la crueldad hacia el otro, ésta aparece sin límites. A la represión de una autoridad que ordenaba lo que a cada cual correspondía y segregaba al que se atrevía a transgredir la ley, le sustituye hoy una violencia sin sentido, por pura diversión, incluso.

La autoridad tradicional, de la que no tenemos por qué expresar ninguna nostalgia, porque nunca fue tan buena como algunos quieren recordarla ahora, permitía sin embargo identificarse con un ideal orientador. Hoy, a falta de esa brújula del ideal y por extraño que parezca, algunos adolescentes encuentran su identidad en nominaciones sintomáticas, como puede ser la de acosador o víctima. Conviene evitar fijar a nadie en esas nominaciones que impiden la interrogación profunda de las causas del fenómeno. Véanlo, es importante entender al bullying como la lucha interna con el fracaso propio y el contexto social en el que se vive; hay agresión entre sí, se truncan las oportunidades y una fuerza constante a no disfrutar.

Referencias bibliográficas:

Bullying. Una falsa salida para los adolescentes. José Ramón Ubieto. NED ediciones, Barcelona, 2016.

Psicólogo Clínico Herlan Bravo

Una de las maneras de valorar la diversidad es fomentar una comunicación clara y abierta, para ir creando y afirmando lazos de amistad, que además de ayudarnos a estar disponibles para el “otro”. Esto nos permite crecer a través del otro, al aprender de sus capacidades, ideas, pensamientos, habilidades, amor y de todo lo que todas las personas tienen para entregar.

Dios es el creador de toda la vida en la tierra, incluyendo las diferencias en cada uno de nosotros. Él nos hizo únicos y con diferentes atributos, habilidades y dones. Dios valora la diversidad y espera que también nosotros lo hagamos. Al abrazar la diversidad y aprender de los demás, podemos crecer como personas y como comunidad. Cuando estamos abiertos a aprender de los demás y a valorar sus diferencias, podemos descubrir nuevas perspectivas. A través de nuestras diferencias, podemos encontrar una riqueza de sabiduría y conocimiento. Celebremos nuestras diferencias y aprendamos unos de otros, ya que esto nos ayuda a crecer y a ser mejores.

La Iglesia debe celebrar la diversidad y reconocer que cada persona tiene una contribución única, tanto en la iglesia como para nuestras propias vidas. Todo aquel que tiene un amigo que convive con algún tipo de discapacidad, sabe que ha aprendido sobre la tolerancia y a preocuparse por las necesidades de otros.

Encontré este testimonio de alguien llamado Tomer Usach, quien con solo 18 años se dispuso a romper las barreras hacia lo desconocido, teniendo un amigo con discapacidad intelectual, llamado Pablo, a quien conocía desde pequeño y estrecharon una bonita amistad. Según este joven, afirma que las barreras las crean las mismas personas, y es importante que se rompan. La mentalidad de este chico cambió por completo al compartir con su amigo con discapacidad, quien, de alguna manera, lo hace sentir diferente y abierto a las situaciones de diversidad. El convivir se aprende a tener más empatía, tolerancia y se pierde el miedo a lo diferente. Además, la integración social produce muchos aspectos positivos para el entorno, especialmente entre cristianos que viven de acuerdo a las enseñanzas de Jesús, que es Amor del más puro.

Algunos de los valores de la Amistad son: coherencia, flexibilidad, comunicación, generosidad, lealtad, gratitud. Todos son muy importantes, pero estaré resaltando dos (por supuesto, pueden hablar de cómo se aplican a estas realidades los otros valores aquí mencionados):

Flexibilidad: La adaptación a la diversidad facilita la convivencia; siendo flexibles somos amables y serviciales con todos. Significa que tenemos tanto amor hacia el otro que nos permite entender, buscar información, prepararnos, para conocer las diferentes luchas, dificultades, y recursos que puedan hacer de nuestra iglesia, nuestras ligas, un lugar de bendición para nuestros amigos.

Comunicación: Hablamos de comunicación clara y abierta; esto también merece ser tratado cuidadosamente. Cada persona, con o sin discapacidad, merece el trato respetuoso pero abierto, que procure profundizar la relación y no provocar distanciamiento. Si de amistad se trata, la Biblia tiene mucho para enseñarnos, pero los versículos de Eclesiastés 4:9 y 10, creo que son ideales para lo que venimos hablando. Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas. El verdadero amigo no es egoísta. No solo persigue su propio éxito sino que también se esfuerza por conseguir el éxito y bienestar de su amigo/a. Y cuando uno cae desanimado, golpeado por las circunstancias, es muy bueno tener una mano que ayude a recuperarse y volver a intentar. Hermoso desafío para que cada una de nosotras ponga en práctica.

Mi oración es que seamos un poco más conscientes de que nos necesitamos unos a otros. Dios las bendiga.

Teniente Coronela Roxana Dinardi

¡Bajo el lema "Bautizados en Fuego", se realizó el fin de semana de la juventud 2024 en el Distrito Paraguay! Se pudo evidenciar el poderoso mover del Espíritu Santo en medio de cada participante. Gracias al dedicado trabajo de los Oficiales, los jóvenes estuvieron receptivos a la voz de Dios, experimentando un profundo avivamiento espiritual.

Este evento no solo fortaleció la fe de los jóvenes, sino que también encendió en ellos un renovado fervor por seguir los caminos del Señor. ¡Hay mucho por hacer! Que Dios continúe avivando la llama del Espíritu en cada uno de ustedes y que este fuego sagrado inspire a más personas a conocer y seguir a Cristo. ¡Sigamos adelante con fe y determinación, confiando en que el Señor guiará cada paso de nuestro camino!

En el Hogar El Atardecer de Montevideo, Uruguay, se dio inicio al taller "Sabores del Recuerdo". El objetivo es rememorar y preservar las valiosas tradiciones culinarias de nuestros mayores, explicando recetas y costumbres gastronómicas, y registrándolas en un recetario con historia para que puedan ser preparadas en el futuro.

Además, el pasado 5 de junio, en conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, se llevó a cabo un taller de reciclaje. Esta actividad buscó concienciar a los participantes sobre la importancia del cuidado del medio ambiente y la reducción de residuos. Durante el taller, se enseñaron técnicas de reciclaje y reutilización de materiales, promoviendo hábitos sostenibles y responsables.

¡Que Dios continúe bendiciendo estos encuentros y avivando en cada uno de nosotros el deseo de preservar y compartir nuestras tradiciones y testimonios de fe, así como el compromiso de cuidar la creación divina!

Semana Salvacionista de Oración: Un Movimiento de Transformación y Fe

En una iniciativa que promete ser transformadora, el Ejército de Salvación invita a todos a participar en la Semana Salvacionista de Oración bajo el lema "Una iglesia movilizada por Dios". Este evento especial es una oportunidad para unirnos en comunión y en la búsqueda de la voluntad de Dios.

Durante esta semana, nos reuniremos con un propósito claro y común: buscar juntos la dirección del Señor para nuestra iglesia, con el fin de que esté verdaderamente comprometida con la misión de extender su Reino en la tierra.

¡Únete a nosotros en esta Semana Salvacionista de Oración y sé parte de un movimiento que busca transformar vidas y comunidades bajo la guía y el poder de Dios!