Edición mayo/junio 2023

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Espiritualidad

El Sermón del Monte 

Al continuar con el Sermón del Monte, después de hablar de la pobreza de espíritu, refiriéndose a la manera humilde de llevar la vida y mirar a los demás, Jesús nos sigue desafiando hacia al cambio.  Leamos lo que nos dice el versículo cuatro:

“Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados”.

Esta parte del Sermón parece hasta algo lógico: alguien que llora, necesita consuelo. Pero hoy los quiero llevar a pensar no en el acto físico de llorar en sí, sino en el real motivo que llevó a Jesús a hablar sobre un llanto y un consuelo.

Todos sabemos que el llanto es algo inherente al ser humano. ¡Lloramos desde el primer segundo de vida! Para muchas personas, el llanto es una válvula de escape, un desahogo, la demostración física de algo que está en el interior. La mayoría de las veces lloramos para sentirnos mejor.

Leemos en la Biblia que el mismo Jesús lloró en diferentes oportunidades: por personas, por la ciudad, hasta mismo por el pecado del mundo. El llanto, en el versículo cuatro de este pasaje, parece una paradoja al mirarlo junto con la palabra “bienaventurados" o "felices”. ¿Cómo puede ser feliz alguien que llora?

Creo que ahí está la belleza del Sermón del Monte y de cada enseñanza de Jesús. En este contexto no se trata de la tristeza por la pérdida de un ser querido, ni por una situación en particular. Se trata del dolor por la injusticia, por el pecado, por la falta de amor. Creo que esa es la verdadera esencia de las palabras de Jesús.

¡Llora en búsqueda de la esperanza! ¡Llora por los niños, por las viudas, por los enfermos! ¡Llora por la injusticia y, especialmente, llora por el pecado! ¡Llora por el prójimo! Mas allá de las lágrimas, Cristo mira nuestro corazón. Si la miseria humana no conmueve nuestra alma, sinceramente hay algo que necesita ser cambiado.

En su libro, Stott nos lleva a reflexionar: “Los que así lloran, quienes lamentan su propia pecaminosidad, serán consolados por el único consuelo que puede aliviar su congoja, es decir, el perdón gratuito de Dios” (p. 43).

El consuelo que recibimos no es necesariamente la resolución de una mala situación que estamos viviendo, sino el consuelo de que habrá un mañana mucho mejor, donde hay salvación. Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Es una promesa y una afirmación.

Recuerdo los versículos de Santiago: “Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, lamentad y llorad; que vuestra risa se torne en llanto y vuestro gozo en tristeza. Humillaos en la presencia del Señor y Él os exaltará” (Santiago 4:8).

Que nuestro llanto sea el reflejo de lo que está en nuestro corazón.

Querido Dios, dame un corazón sensible. Que de los ojos de mi corazón puedan correr lágrimas de lamento por mi prójimo, lágrimas de dolor por mi proprio pecado y también lágrimas de felicidad por la esperanza de tu consuelo.  Amén.

 

Capitana Elisa Evans 

Mi historia

Herencia de Servicio

Mi nombre es Keyla Ortuste, soy Tenienta, y actualmente vivo en la ciudad de Salto, Uruguay, y sirvo en los Cuerpos de Salto y Salto Nuevo. En pocas palabras, puedo decir que mi caminar con el Señor ha sido toda una aventura increíble.

Vengo de una familia cristiana desde nacimiento y también numerosa; somos ocho hermanos: cinco mujeres y tres varones. Cuando mis padres entraron como Sargentos de Obra en el Ejército de Salvación, en Chimoré, Bolivia, yo tenía 12 años. Ellos trabajaban en el Campamento y Centro Infantil “El Vergel”, acompañando la obra espiritual. Tristemente, al año y medio de trabajar allí, mi papá falleció de un infarto y mi mamá tuvo que tomar el gran desafío de continuar sola con el ministerio, y ser padre y madre de todos nosotros. Tiempo después, entró a la Escuela de Cadetes en Santiago de Chile, mientras continuaba trabajando en Chimoré. Nosotros aprendimos a acompañarla y ayudarla en todo lo que demandaba el ministerio, y también a cuidarnos entre nosotros, ya que mis hermanos aún eran pequeños.

Fue así como, mientras crecía, veía todo el trabajo y la entrega de mi mamá por la obra del Señor, y el amor que manifestaba por los niños y las personas de aquel lugar. Esta cercanía con el servicio y el ejemplo de mi mamá fueron despertando en mí el deseo y el amor por la obra del Señor. Cuando tenía 15 años recibí el llamado a servir al Señor a tiempo completo como Oficiala en el Ejército de Salvación.

A los dos años de casados, nos propusieron trabajar en la Obra Pionera de Trinidad, Bolivia, durante tres años, y fue en ese tiempo que se presentó la oportunidad de asistir a la Escuela de Cadetes en Buenos Aires, Argentina.

Hasta hoy, el camino en la obra del Señor ha sido todo un desafío y un gran privilegio. Muchas veces no es fácil estar lejos de la familia, dejar a los amigos y a mi país, pero realmente Dios ha sido fiel. Sirvo al Señor con todo mi corazón, con todas mis fuerzas y con todo lo que soy porque su Palabra, en Isaías 41:13, me recuerda que no debo temer; Él es mi ayuda y siempre estará conmigo. Además, me regaló una hermosa familia, a mi amado esposo, mi pequeño Mateo y una gran familia espiritual en cada lugar en el que hemos estado. Por ello y mucho más, siento una gran pasión por el Señor y estoy muy agradecida con Él.

Tenienta Keyla Ortuste

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Estilo de vida

Paren el mundo, me quiero bajar

“No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús” - Filipenses 4:6-7.

¿Qué tan a menudo quieres controlar situaciones externas a ti?

Actualmente la modernidad avasalló con la educación y formación intelectual de los seres humanos. Tanto así que encontramos individuos vacíos de sentido que deambulan en las calles, universidades, empresas, sin tener un rumbo fijo. Así también, sujetos ensimismados sin preocuparse por el otro.

La pobreza, la injusticia, la explotación del hombre no constituyen fenómenos naturales, sino problemas sociales que dan cuenta de la cuestión social contemporánea. El sociólogo Z. Bauman introdujo un término muy interesante para tratar de explicar el fenómeno social que atravesamos en la actualidad, “líquido”: tiempos líquidos, amor líquido, modernidad líquida.

Podríamos decir que esa ley que regía en la sociedad (valores, buenos hábitos, estilos de vida, etc.) entró en fase de descompensación y comenzaron a desaparecer paulatinamente. Lo que apareja consigo el aumento de casos en hipertensión arterial, ansiedad, diferentes tipos de pánico, estrés, depresión, entre otras. A propósito, un estudio realizado en el 2019 por el Ministerio de Salud de la Nación demuestra que, en Argentina, el 34.6% de la población presenta presión arterial elevada. ¿Este hecho será casualidad o tendrá una raíz?

En su novela llamada “El Túnel”, Ernesto Sábato expone a su protagonista como una persona ansiosa, de pensamiento compulsivo y desenfrenado, al punto de desconfiar de sí mismo porque no podía pensar con claridad. En diferentes ocasiones, el Sr. Castel, invadido por su compulsión, esperaba horas en cierto lugar para lograr, por lo menos, ver a su “amada”. Esa sensación envolvente e inexplicable, que para muchos podría llamarse ansiedad, no le permitía estar tranquilo.

Escuchar quejas como: “Tengo ansiedad”, “Estoy comiendo por ansiedad”, “Me agarró ansiedad”, pueden ser comunes en nuestro círculo de amistad y/o relacionamiento social, al punto de pensar que es normal sentir algo en el cuerpo que me lleve a hacer una acción para calmar cierta emoción o sensación.

De acuerdo con la definición, la ansiedad es un estado emocional displacentero, cuyas causas resultan menos claras; a menudo se acompaña de alteraciones fisiológicas y de comportamientos similares a los causados por el miedo. Al ser excesivos y continuos, es probable que la persona padezca taquicardia, respiración agitada, entre otros síntomas, impidiéndole realizar la tarea pautada o inhibiendo el trabajo que tiene que realizar.

Efectivamente, este panorama hace que la persona que enfrenta ansiedad no avance en su tarea. En algunos casos esto perdura y el estancamiento es aún mayor. Son muchos los factores que alteran la tranquilidad, en párrafos anteriores lo planteo. Sin embargo, ¿Cómo se logra “desenchufarse” de la presión social para no lidiar con la ansiedad?

Bíblicamente podemos encontrar una solución eficaz y primordial que nos da la clave para poner tranquilidad y dejar las preocupaciones en el mejor lugar. Dios controla y apacigua el corazón sufriente. Si no se logra entender que esta es la base para superar estas alteraciones, debería haber un viraje de estilo de vida y pensamiento.

Referencias bibliográficas:

https://www.infobae.com/salud/2022/05/16/mas-del-60-de-los-hipertensos-no-controla-su-presion-arterial/

Lic. Herlan Bravo - Psicólogo Clínico 

Temas de familia

Resolución de Conflictos

Parte 3

¿Cómo te llevas con los conflictos? Queramos o no, los conflictos son una parte inevitable de la interacción humana. Si bien no se pueden evitar, podemos aprender a manejarlos de forma efectiva.  

Existen 5 estilos para resolver conflictos y, por lo general, solemos emplear uno de ellos con mayor frecuencia.  

Competir: Este enfoque siempre busca ganar, tener la razón. Se plantea con firmeza el propio punto de vista, ignorando o minimizando las necesidades de los otros. Si bien muchas veces funciona ser competitivo, a largo plazo la relación con el otro se termina dañando. Algunos ejemplos de frases en medio de un conflicto son: “No, lo que me pedís es imposible”; “Necesito que esto se haga así”; “No, no es como vos decís”.  

Ceder: Es el extremo opuesto del competitivo. En este caso, la persona siempre busca privilegiar la relación y tiende a acomodarse excesivamente ante las demandas de los demás. No sabe decir que no. Resulta útil emplear este estilo en forma estratégica para ganar en relación y confianza, pero es obvio que ceder con frecuencia termina comprometiendo los objetivos y resultados propios. Ejemplos: “Como vos quieras”; “No te preocupes, no me cuesta nada hacerlo”; “Está bien, está bien, tienes razón”.  

Esquivo: Este estilo cree en la frase, “Soldado que huye, sirve para otra batalla”. Implica postergar esas conversaciones difíciles, no decir que sí, ni que no. Por lo tanto, ante el conflicto, se ingresa en una zona ambigua de no resolución. Puede ser útil para temas de poca importancia y que se resuelven con el tiempo. Pero es claro que para el resto de los conflictos es necesario otro enfoque. Ejemplos: “Mañana te llamo”; “Todavía no lo definí, déjame pensarlo”; “Estoy muy ocupado, mejor lo vemos la semana que viene”.  

Comprometer: Bajo esta modalidad se busca alcanzar un acuerdo que sirva parcialmente a ambas partes. Este acuerdo no es el mejor, pero permite avanzar. En muchas ocasiones cuando no es posible colaborar, la solución de compromiso es la mejor opción. No hay ganadores ni perdedores, es un empate. Ejemplos: “Mejor no discutamos más… Partamos la diferencia”; “Bueno dale, vos haces lo tuyo y yo hago lo mío”; “Por ahora nos manejamos así, después vemos cómo lo resolvemos definitivamente”.  

Colaborar: El estilo colaborativo busca la mejor solución para ambas partes. Busca el “ganar-ganar”. Por lo tanto, el desacuerdo es sólo un principio en la conversación. Se propone explorar las necesidades de ambas partes y buscar soluciones creativas para el conflicto. Es el estilo más efectivo de resolución de conflictos, pero con frecuencia el más difícil de emplear por la inversión en tiempo, creatividad y confianza mutua requerida. Ejemplos: “Me interesa que esta propuesta realmente nos sirva a ambos”; “Pensémoslo mejor, estoy seguro de que existe otra solución superadora”; “Trabajemos en equipo, busquemos la forma de complementarnos”.  

Más allá de qué estilo utilicemos para la resolución de los conflictos, debemos verlos como una oportunidad. El manejo constructivo del conflicto brinda la oportunidad de crecimiento a las personas, ya que la resolución inevitablemente lleva al cambio. El conflicto y el cambio son inseparables. Un ejemplo reciente de ello es la pandemia. La humanidad se vio ante un conflicto y buscó alternativas para enfrentarlo, en muchos casos esto nos hizo más fuertes, más responsables, más resilientes.  

Un conflicto estimula el pensamiento reflexivo, así aprendemos a tomar decisiones. Ante un conflicto tenemos que pensar, razonar, buscar la otra mirada, delinear posibles alternativas y desarrollar habilidades de comunicación, para luego tomar la mejor decisión. 

Al presentarse un conflicto es necesario enfrentarlo, no sirve negarlo o escapar. El hacerle frente nos permitirá buscar la mejor opción posible y salir del mal momento cuanto antes, en vez de cargar con el problema por años. 

En la búsqueda de una solución aprendemos a conocernos más a nosotros mismos y a los demás. Es importante que reconozcamos nuestro valor y el del otro, respetando las opiniones y posturas, para expresar educadamente lo que pensamos. 

Es necesario entender que no somos los dueños de la verdad, sino que puede haber otras verdades tan válidas como la nuestra. En el proceso de resolución de un conflicto aprendemos a reconocer y a respetar las diferencias individuales. 

El conflicto también nos puede generar relaciones sólidas y duraderas, si aprendemos a conversar con respeto, valorando al otro, buscando mantener las relaciones, y actuando según las enseñanzas de Jesús. 

Basado en el material de ISFI-Resolución de Conflictos

Noticias

Entrada de los Cadetes

Sesión "Campeones de la Misión"

El 5 de marzo del corriente año tuvimos la oportunidad y privilegio de recibir a la Sesión “Defensores de la Justicia” para su segundo año de entrenamiento.

Además, pudimos celebrar juntos la bienvenida de la Sesión de primer año, “Campeones de la Misión” (defensores de la misión), integrada por la Cadeta Dámaris Moreno Juárez y la Cadeta Anahí Viedma. Ellas han aceptado el llamado de Dios, sumándose así a “campeonar” la causa de Cristo, a fin de que otros puedan participar en Su Misión también.

La reunión de bienvenida fue un tiempo bendecido y lleno de alegría, anticipación, y desafío para todos los presentes de seguir siendo colaboradores de Dios y Su pueblo para Su Gloria y Misión.

¡Que Dios bendiga a los Cadetes y al Ejército de Salvación!

Mayor William DeJesús

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Instituto Territorial de Jóvenes

2024

Nos alegramos en comunicar que en febrero del 2024 vuelve el Instituto Territorial de Jóvenes (ITJ). El lema de este Instituto será “Radical, un nuevo corazón”, basado en Joel 2:13. 

Estamos felices de poder retomar este evento tan importante para los adolescentes y jóvenes de nuestro Territorio. ¡No te quedes afuera!

Para más información, no dudes en consultar con tu Oficial Directivo para hacer la inscripción.

Departamento Territorial de Juventud y Candidatos